Ana me llamó "asesina" cuando le ofrecí hacerle otra y tirar a Lolita, así que me puse manos a la obra desfibriladores poliméricos en mano.
Un poquito de Sculpey por aquí, fimo líquido por allá, horno a toda mecha... y por fin Lolita quedó lista.
Dentro de poco volverá a revolotear feliz por los pasillos del hospital, colgando del móvil de Ana :) Aunque de momento está tomandose un merecido descanso junto a Anita, la kokeshi de mi madre.
Qué despacio estás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario